Después de un sábado pasado por agua. Nos presentamos en el gran día, Día del Cristo.Un domingo soleado y muy caluroso. Recogemos a nuestros Mayordomos, y acompañamos a nuestro titular hasta la Iglesia, Donde las palabras de nuestro párroco nos deja boquiabierto, con la templanza, y el cariño con el que se dirige a nuestro marinero. Detrás de nuestro titular, multitud de seguidores, que no piensan en el calor sino en acompañar a su Cristo marinero, que navega en su barca por las calles de nuestra localidad. Un Cristo reluciente, que a su paso por las calles todo el mundo lo mira, y le hablan en el silencio. Después de la procesión puja de brazos y estandarte, y un bueno y fresco trago de limonada.
VIVA EL CRISTO DE LA MISERICORDIA.
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