Después de un Día interminable, muchas horas de espera, y nervios a flor de piel, como se suele decir, lo prometido es deuda. Nuestras chicas se bajan a San Cristobal hasta nuestra parroquia, en procesión.
Es tan grande el compromiso y la ilusión por nuestra hermandad, que hasta nuestras mas peques, se comprometieron para acompañar a San Cristobal en su recorrido,no dudaron ni un momento en decir que ellas también querian ser testigos de este maravilloso encuentro.
Este maravilloso grupo de mujeres que un año mas y sin reparo, bajan a nuestro Padre sobre sus hombros, no les importa el cansancio ni el dolor, solo les importa que nuestro padre Cristobal se encuentre entre nosotros, por eso año tras año ellas están dispuestas a seguir con su dolor de hombro siempre que sea por una causa tan grande.
VIVA SAN CRISTOBAL.
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